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¡Hola!
¿Cómo vas de tiempo en estas fechas?, ¿tiempo para ti?

Hay cosas de la Navidad que a mí no me acaban de cerrar. Entre ellas las cenas de empresa, ¡menos mal que yo no tengo de eso!

La otra es que, aunque la idea de familia está cambiando, parece que entendemos que estas pueden ser diversas pero no entendemos que pueden ser diferentes.
Podemos casi llegar a entender ya una familia con dos papás, pero no una familia de amigos.
Así que en estas fechas parece que se marca lo que es “una familia de verdad”.
Que si suegros, que si tíos… Y, oiga, que hay muchas que se adoran, pero también adoramos otros vínculos.

Otra más (será que estoy en régimen sano y estricto y me sienta muy bien): la manía de apiñarnos sí o sí alrededor de comida y alcohol.

En estas fechas Libertad y Pertenencia se polarizan, y al último momento hay que tomar partido.
Y tú, ¿puedes elegir?, ¿elegir te ha sentado bien?, ¿ha sido fácil?

He de decir que el año pasado fue el primero que no me levanté triste un día 1 de enero. Me levanté feliz.
A mí, en general, me estresan estas fechas y a la vez soy de las que el 31 quiero hacer algo genial y amanecer nueva, como si en 24 horas la calabaza se convirtiera en un hermoso carruaje.
El año pasado para mí acabó de maravilla. Eso sí, el resto del año ha sido un profundo viaje interno de grandes luces y sombras.

Espero y te deseo lo que tú te desees a ti. Unas navidades serenas y un libre 2020 lleno de alas y corazón.

Un abrazo,

Delfina Mieville Manni