Apego
HUELLAS ELLAS
Señal que deja el pie del hombre o del animal en la tierra por donde pasa.
Rastro, seña, vestigio que deja alguien o algo.
Impresión profunda y duradera.
Algunas acepciones de Huella según la RAE
No todo tiene que ser tan trascendental, pero nada es tan intrascendente. Nos movemos en términos de todo o nada y a la vez los grises se nos dan muy mal. Hemos pasado del “virgen hasta el matrimonio” al “si te he visto no me acuerdo”. Como diría José Antonio Marina(1), entramos en la privacidad sin querer entrar en la intimidad.
Hablo de huella. ¿De verdad nos creemos el rollo postmoderno de la independencia? No existe, existen grados de autonomía, como diría la maestra Lagarde.
Y por si fuera poco intentamos solventar psiquiátricamente (otro día nos ocupamos de esto) males que son sociales. Si estoy sin empleo y tengo ansiedad, mejor (más rápido) darme una pastilla que un empleo. Si con 30 años no tengo el empleo, marido y retoños que me habían vendido que debía tener, frustración, ansiedad y… tratamiento. Incluso recurrimos a técnicas orientales -que por cierto admiro y alguna practico- para curarnos esto del desapego y la independencia. Porque claro, “algo raro me estará pasando que me emociono y me duele, y me late y vibro…”, ¿no?
Tengo que dar especial gracias a una alumna mía de Sexpol que se atrevió a compartir su propia reflexión de este tema en clase, preocupada por la lucha por el desapego. Preocupada también, como yo, por cómo se hace para vivir el presente y construir un proyecto (tendremos muchos artículos gracias a gente así).
Parece que nos creemos el Titanic, nos entrenamos mucho para transitar así de petulantes por las relaciones. Pero… el Titanic no acabó muy bien.
Si, ok, está bien eso de no ser un o una ansiosa ni una neurótica emocional. Aunque el entorno nos lo pone difícil y encima nos sentimos culpables, pero de ahí a creernos Buda o una especie de bróker de Wall Street en lo emocional hay un caminito. Porque sí, somos seres afectivos. ¿No te gusta? Haber elegido muerte.
Lo que vengo a plantear con tanto periplo es «La Huella». La huella que dejamos en otros y otras y la que nos dejan. No todo tiene que ser tan trascendental, pero nada es tan intrascendente. Por lo que seamos monógamos o no, heteros, bi, gays, solteras, poliamorosos o de rollos… Huella hay, los afectos, afectan. Que no sea amor no significa que no exista emoción.
Cuidemos. Y seamos conscientes de la resaca emocional. Mientras existe piel existe sensación y muchas veces lleva a una emoción, y a veces despierta un sentimiento.
Somos huellas. Si el panadero nos puede amargar el día con una mala respuesta, imaginad con piel de por medio. Como decía una amiga, «existe profilaxis sexual pero no tanto profilaxis emocional».
Yo diría que no hay cuidado en cuidar, hay «cuidado en no emocionarse».
Cuidad. Cuidaros.
1. El Rompecabezas de la Sexualidad. Anagrama. Barcelona 2002
Deja un comentario